Franquiciar es una ruta probada para alcanzar el rápido crecimiento de tu negocio. Y aunque convertirse en franquiciador no es un pase seguro al éxito, montar una franquicia de forma efectiva, puede ser una muy buena estrategia de expansión que no requiere gran inversión de capital.

Si has tomado la decisión de crear una franquicia de tu negocio, debes conocer las etapas necesarias e inevitables si deseas que tu paso por el mundo de la franquicia prospere y lo más importante, se afiance.

COMPROBAR QUE LA ESTRUCTURA DE TU NEGOCIO ES SÓLIDA.

Partimos de la base de que una franquicia es la reproducción de un éxito comercial, por lo que el primer objetivo de todo franquiciador es la definición de un negocio que opere en unos niveles de beneficios económicos realmente óptimos.

Analiza tu concepto de negocio y haz un estudio de mercado. Comprueba si el concepto que vas a ofrecer tiene demanda en el mercado, así como espacio para nuevos competidores, y si es atractivo tanto para los consumidores como para los potenciales franquiciados.

Un análisis riguroso nos debe desvelar dónde radica el éxito de nuestro negocio, dónde se encuentran las verdaderas raíces del mismo, lo que nos permitirá saber si éstas pueden ser extraídas y reproducidas en un entorno diferente.

Destacamos que, para los expertos, la empresa debe contar con al menos dos unidades rentables antes de franquiciar.

DEFINIR LA ESTRUCTURA DE LA FRANQUICIA Y EL PROYECTO DE FRANQUICIA.

Definir las condiciones de la franquicia, es decir los cánones y los royalties, de forma que el franquiciador pueda cubrir los costes que conlleva dar un soporte suficiente a la red de franquicias y, a la vez, obtener una rentabilidad adecuada.

Para ello, se deben:

  • Examinar las vías que se van a utilizar para obtener ingresos y estimar los costes que supondrá crear y dar soporte a la red de franquiciados
  • Diseñar una estrategia y plasmarla en un contrato que desarrolle un acuerdo equilibrado en el que salgan beneficiados tanto el franquiciador como el franquiciado, recordando que el contrato de franquicia debe ser documento específico de cada negocio y que estandarizarlo y usarlo de manera indiscriminada no responde al espíritu de formalizar un verdadero acuerdo entre las partes.

Es fundamental diferenciar el negocio en el mercado y  proporcionar los servicios para que el futuro franquiciado pueda ejercer la actividad en las mejores condiciones.

También hay que tomar una serie de decisiones determinantes para tu modelo de franquicia; Como la cuota de la misma, las zonas geográficas que estás dispuesto a abarcar, el programa de formación de los franquiciados y el perfil que se busca, y la estrategia de comercialización de la franquicia.

LEGALIZACIÓN DE LA FRANQUICIA.

Para poder operar legalmente bajo el modelo de franquicia, se debe crear  la documentación precontractual, el contrato de franquicias e Inscripción en el Registro de Franquiciadores. Estos documentos plasman cierta información del negocio como un análisis financiero, los manuales de operación y descripción de la experiencia del franquiciador.

persona trabajando en el plan de negocio de una franquicia

En España, la documentación legal necesaria para transformar una empresa en franquicia está recogida en el Real Decreto 201/2010, por el que se regula el ejercicio de la actividad comercial y la comunicación de datos al Registro de Franquiciadores.

El primer paso que hay que seguir es registrar la marca en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).

Al mismo tiempo, es necesario acreditar la propiedad de la empresa en el mismo gabinete, condición imprescindible para darte de alta en el Registro de Franquiciadores y poder ceder tus derechos a un tercero.

Realizadas estas acciones, el empresario debe crear primero su identidad como franquiciador, inscribiéndose en el Registro de Franquiciadores, además de presentar en dicho Registro, junto a la solicitud oficial, la siguiente documentación que acreditando que está preparada y lista para contratar franquiciados:

  • Certificado de marca y adecuación.
  • Documentación de Información Contractual: indicar la identidad como franquiciador, nombre, razón social, CIF, domicilio de la empresa y escrituras de la sociedad.
  • Contrato de franquicia con las condiciones esenciales del mismo como el canon de entrada, el royalty, causa que pondrán fin al mismo, la relación franquiciador y franquiciado, así como la duración, entre otras cuestiones. Precontrato y acuerdos.
  • Exigencias económicas de la franquicia.
  • Folleto de presentación en el que se especifiquen las exigencias legales.
  • Solicitud de Alta en el Registro de Franquiciadores.
  • Manual de Identidad corporativa: rótulos, decoración, presentación del producto o servicio, etc.
  • Manual operativo: Cómo funciona el negocio día a día.

Presentada esta documentación, podemos solicitar el Alta en el Registro de Franquiciadores, bien por vía telemática o bien en las sedes regionales del Ministerio de Industria, y en el caso de que no hubiera ningún defecto que subsanar, en aproximadamente dos meses el franquiciador aparecer en la página oficial del Ministerio, pudiendo comenzar a franquiciar su empresa.

DOCUMENTAR EL “KNOW-HOW” DE LA EMPRESA Y LOS PROCEDIMIENTOS DE GESTIÓN.

Si existe una piedra angular determinante para toda franquicia, se podría decir que esta es el llamado “know-how”, o saber hacer de la compañía, cómo su propio nombre indica, procede de la experiencia y supone el complemento de lo que una persona no puede saber examinando el producto acabado.

En palabras de Tribunal Supremo (sentencia de 30 de mayo de 2002) el “know-how” es el “conjunto no divulgado de informaciones técnicas, patentables o no, que son necesarias para la reproducción industrial, directamente  y en las mismas condiciones, de un producto o de un procedimiento”.

Franquiciar con éxito dependerá de que seamos capaces de transmitir el conocimiento del negocio a los nuevos franquiciados de manera rápida y efectiva, de forma que se pueda conseguir una buena reproducción del modelo inicial sin grandes costes de formación.

Esto se realizará principalmente a través de la elaboración manual operativo que recogerá exhaustivamente el “saber hacer” de la franquicia y del curso de formación inicial.

Por último pero no menos importante, no debemos olvidar que la violación del “know-how” se puede perseguir por considerarse un acto de competencia desleal, recogido en el art. 15 de la LCD y un delito penal de los artículos 278 a 280 del Código Penal.

PROPORCIONAR SERVICIOS A LOS FRANQUICIADOS: LA CENTRAL DE FRANQUICIAS.

Una vez que la franquicia está en disposición de reproducir el negocio, hay que pensar en llevar a la práctica todo el trabajo realizado previamente. Para hacerlo se necesitan recursos humanos, pero antes hay que definir exactamente cuáles son esas necesidades y a partir de ellas, depositar la responsabilidad de satisfacerlas en personas concretas.

Precisamos de una organización denominada “central de franquicia” y que no es ni más ni menos que la estructura a través de la cual el franquiciador va a posibilitar que los franquiciados ganen dinero, puesto que por medio de ella, se les va a proporcionar todo lo que necesitan para conseguirlo: Producto, proveedores, publicidad, merchandising, escaparatismo, formación, etc.

El saber estructurar y dimensionar adecuadamente esta central, forma parte de la técnica específica necesaria para franquiciar el negocio, pero en cualquier caso el termómetro para determinar la estructura más adecuada es conocer las necesidades que va teniendo la red.

COMERCIALIZACIÓN DE LA FRANQUICIA: BUSCAR NUEVOS FRANQUICIADOS.

Para la puesta a punto de la comercialización de la franquicia, debemos redactar la propuesta de franquicia, así como elaborar un dossier informativo completo, folleto, etc.

Como hemos visto, el principal medio para atraer franquiciados es el propio negocio, pero en la actualidad y dada la competitividad que existe, cada vez son más las actuaciones a través de los múltiples medios que ya ha desarrollado el mercado para conseguir atraer a los inversores: prensa, relaciones públicas, guías de franquicia, portales, ferias de franquicia, acciones sobre bases de datos, etc.

Por ello,  deberíamos destinar un presupuesto para diseñar un plan de desarrollo que contemple los medios por los que nos vamos a dar a conocer, definir las acciones de comunicación y el presupuesto para las mismas, el perfil de nuestro futuro franquiciado, y no sólo esto, sino también las personas que se van a encargar de coordinarlo y de conseguir los objetivos que necesita la cadena.

empleado de cafeteria de franquicia

Asimismo, debemos tener en cuenta que muchos de los potenciales franquiciados no dispondrán de la totalidad del capital necesario y necesitarán financiar parte de la inversión inicial. Por lo que una buena medida que puede tomar el franquiciador es fijar y disponer de unas condiciones de financiación preestablecidas para que los futuros franquiciados que se integren a la cadena.

 

Como reflexión final, apuntar que ni aun siguiendo todas las pautas requeridas por nuestros expertos en asesoría de empresas en Madrid, podremos asegurar que estamos en condiciones de garantizar el éxito, pues por muchos estudios teóricos que se llevan a cabo y por muchas experimentaciones del negocio que se efectúen, el riesgo es un componente que nunca desaparece.

Lo único que se puede garantizar es que las posibilidades y el método permiten augurar buenos resultados futuros, pero en ningún caso la consecución de los mismos.

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